Bruno Zevi afirmaba: “La
arquitectura no deriva de una suma de longitudes, anchuras y alturas de los
elementos constructivos que envuelven el espacio, sino dimana propiamente del
vacío, del espacio envuelto, del espacio interior.” Y justo ahí, en el
vacío del espacio envuelto es donde desarrolla principalmente su trabajo
SRstudio, buscando la riqueza espacial a través de la esencialidad de las
formas, la pureza de los materiales y la luz tratada como un material.
Desprendiéndose de lo superfluo y resaltando la esencia y el detalle. Y así
bajo estas premisas surge este proyecto.
Los clientes, un matrimonio holandés
con los hijos emancipados, que se traslada desde Shanghái para empezar una
nueva etapa, adquiere un ático dúplex en el centro de Valencia, donde contactan
con SRstudio.
Los nuevos propietarios partían de tres premisas: el cambio de materialidad de la vivienda, tratar la escalera como elemento singular y la reorganización de los espacios existentes, para adaptar la vivienda a sus necesidades espaciales y formales.
Así a nivel espacial, se generan dos ambientes en la vivienda, la planta baja que genera un diálogo con la terraza perimetral y la planta superior recogida hacía su interior con aperturas puntuales que enmarcan el highline de la ciudad. Creando una división de la vivienda entre espacio público y privado.
El piso superior contiene las estancias de uso privado del matrimonio, sin embargo, la planta inferior abierta al exterior contiene los espacios de uso público, zona de día y dormitorios de invitados. En esta planta, las terrazas juegan un papel muy importante, creando un juego de relaciones espaciales, así la zona de noche para invitados es envuelta por la terraza exterior, mientras que en la zona de día nos encontramos la relación inversa, es ésta la que abraza el espacio exterior generando un espacio intermedio.
A nivel formal, el diseño de la casa se basa en la creación de un lienzo que sirva de base para ser habitado, donde la sencillez volumétrica y formal dan como resultado una estética que es la consecuencia de la racionalidad.
Manteniendo el pavimento de roble existente, se genera el elemento protagonista de la vivienda, la escalera, formada por un filtro realizado con palillería que conecta ambas plantas a nivel espacial y formal, reproduciéndose ésta en diferentes elementos de la planta superior. Palillería que se complementa con el fondo blanco compuesto por paredes y paneles formando armarios y puertas de suelo a techo.
La cocina de madera bruñida
conectada con al salón y la terraza. Y los baños realizados con microcemento
que sirve de base para poner en valor la cerámica singular y mobiliario de cada
uno de ellos, tratados como espacios relevantes de la vivienda, destacando el
baño en suite, entendido como una sala anexa al mismo, presidido por el mueble
Strato y por la bañera Temple como espacio de estar donde deleitarnos con las
vistas.